
Hoy desapareció mi cámara de fotos. Encontré la mochila abierta y ya no está.
He perdido mi compañera de viajes aventurados, de proyectos locos, la que mantenía mi frágil memoria con imágenes de la familia, los amigos, los lugares, las comidas, los animales y tonterías del mundo.
Ella fue amiga y compañera en los momentos de soledad, en los difíciles, en los felices, en los irrepetibles... cada uno de esos momentos inolvidables que mi cerebro se niega a retener.
Aquí fue casi la única en registrar los cumples, salidas, reuniones de trabajo o de juerga con la familia y los amigos, así que la no sólo la perdí yo, si no los amigos que cada cierto tiempo me pedían las fotos de "la vez que..."
Yo sé que es un objeto y que en algún momento podré tener alguno igual o mejor, pero para mi no es el aparato, son las memorias colectivas y personales, los momentos de ocio o de trabajo, el registro vivo que mi cabeza no puede recordar.
Este blog, en su mayoría, se alimentaba de comentarios y fotos que yo misma o los amigos sacaron con ella, pido disculpas si de ahora en adelante son solamente textos planos o debo recurrir al talento de algún fotógrafo o al pincel de algún artista para adornar estos posts.
Estoy triste. Ya no tendré (por ahora) recuerdos del mundo.