TOC TOC TOC
Son las tres de la mañana y con la gente del grupo seguimos en el depa trabajando como locos para sacar un proyecto de investigación de mercados que nos tiene horas de horas de horas metidos en el tema de la educación, los medios y la política de un país en el que sólo somos visitantes.
De pronto, la puerta, una vecina que dice ser del piso de abajo y estar harta de la bulla que sale de acá. Comprensible porque a decir verdad, estábamos discutiendo la mejor manera de poner esto o aquello, de concluir objetivamente según los resultados y tratando de ponernos de acuerdo (6 personas con ideas diferentes)... Pero luego la mujer continúa "no es la primera vez, ya lo dejé pasar antes pero ahora es el colmo"...
Y del cerebro agotado de tanto trabajo y horas sin descanso una neurona todavía atenta reacciona... ¿¿¿¿QUÉEEE???? ¡Infame calumnia! Nunca hemos hecho una fiesta, ni siquiera una reunión con amigos, las pocas visitas que llegan son una o dos personas a la vez y pasan menos de dos horas aquí, nunca por la noche. No ponemos música a todo volumen ni hacemos escándalos peleando a gritos, insultándonos como mucha gente de por aquí.
Tengo el hígado zapateando el Jarabe Tapatío de la rabia e indignación, para colmo no llegué a ver la cara de la susodicha porque uno de los compañeros fue quien atendió la puerta.
Me pregunto qué mentiras esparcirá por el efidicio, por una noche que tuvimos que trabajar nos achacará (y parece que lo hace desde antes) la juerga de gente de otros departamentos.
Hay gente mala y tendenciosa, ojalá no se vayan a morder la lengua viperina...